martes, 28 de septiembre de 2010

Oscuridad...

Abrí la puerta mientras me despedia con la mano: no iba a ser la ultima vez que les iba a ver, por desgracia. Isa esperaba fuera, sentado en el suelo.
-¿Por que sigues aquí? Pensé que tenias que iba volverías con Lea.
-Eres un invitado. No me gustaría dar mala impresión del pueblo.
Aeleus nos escolto a Isa y a mi hasta la salida. Ninguno abrió la boca. Cuando salimos, Aeleus volvió a su puesto, mientras Isa y yo nos alejábamos. Llegado un momento, me parece en una barandilla, mirando el paisaje. Era hermoso.
-Este mundo se ha puesto mas bonito desde la ultima vez que vine.
-¿Quieres decir que ya viniste antes? No recuerdo haberte visto, y eso que la zona es pequeña.
Sonreí al recordar esos tiempos. Eso si era vida...
-Fue hace mucho tiempo...
Isa me miro sin entender lo que quería decir. Seguimos nuestro camino, durante el cual me empezó a hablar sobre los habitantes. Me agrado ver que Cid había cumplido su sueño y Merlín... bueno, Merlín estaba como siempre según Isa.
-¿Y de donde vienes tu?- Pregunto, intentando saber mas de mi.
Me pare en seco mientras miraba al suelo, intentando ocultar los sentimientos que trasmitiría mi cara.
-El lugar de donde vengo...- repito, como si intentara responderme a mi mismo.
Una sensacion a mi espalda me puso alerta. Invoque sin pensármelo dos veces la llave-espada y mientras me giraba, contraataque a la sombra que se abalanzaba sobre mi. Isa dio un paso para atrás. En poco rato, estábamos rodeados. Los mire fijamente. No eran gran cosa. Me lanza sobre ellos y empecé a dar mandobles a diestro y siniestro.
Isa, huye!- Dije buscándole con la mirada.
Cuando lo encontré me di cuenta de que no hacia falta decirlo: Isa corría hacia el castillo, atacando con un gran hierro.
-¡Iré a por ayuda! ¡Solo aguanta!
Sonreí. Seguí acabando con las sombras, pero cada vez había mas ¿Por que aparecían tantas de golpe? Ansem dijo que habían aparecido, pero no de esta forma. Solo vi una solución. Puse una mano en el suelo, preparando mi ataque. Pero entonces recordé un problema: mi corazón ya no era el mismo. No tenia luz en mi interior. Solo oscuridad.
-¿Y por que no usarla?- Dijo una voz distorsionada dentro de mi.
¿Quien era? ¿Quizás la oscuridad me hablaba? No sabia como, pero no me pareció buena idea. Di un golpe al suelo con la mano y miles de espadas de oscuridad salieron de este, atravesando como lanzas a los sincorazones. Estos desaparecieron al igual que las espadas. Entonces fue cuando caí rendido. Era la primera vez que hacia eso. Había sido muy arriesgado. Los pasos al fondo me indicaron que venían los refuerzos.
-¿Estas bien?- Dijo Isa mientras se arrodillaba, a la vez que Dilan y Aeleus observaban el alrededor en busca de mas peligros.
Asentí con la cabeza. Solo necesitaba descansar.
-Llevarme ante Merlín. Me gustaría hablar con el...
Isa miro a los soldados. Tras darse cuenta de que "preferían" quedarse en sus puestos que acompañarme, me ayudo a levantarme y me guió. Según el, Merlín debería estar allí, al igual que Cid y el resto de chicos.
Merlín no podría hacer nada por mi, pero necesitaba hablar con alguien sobre eso. Y Merlín era la única persona que sabia donde podía encontrar a otro hechicero que si podría decirme alguna respuesta a mis preguntas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario