martes, 18 de mayo de 2010

Una rosa negra para una estrella caida

Con pasos lentos y pesados, cruce las puertas de palacio, las cuales daban a su vez a la calle. El cielo era bañado por la oscuridad, simplemente iluminada con la luz de la luna. En la escalera, los cuerpos inertes de algunos de los guerreros, mientras, en la calle, otros seguian luchando entre ellos, ya fuera por la codiccia de poder, la supervivencia o la proteccion de sus seres queridos.

Pero mi presencia hizo que la batalla parara y todos se fijaran en mi persona. Como si de una diana se tratara, todos los presentes intentaban atacarme a distancia. No todos los golpes daban en el blanco, pero los que lo hacian, eran bloqueados sorprendentemente, como si de un escudo se tratara.

Lentamente fue bajando las escaleras, lo que hizo que los aciertos aumentaran, aunque todos fueron bloqueados, saliendo yo ileso.

A pocos escalones de la batalla me pare y estendi la mano: un gran numero de llaves-espada flotaban a mi alrededor, haciendo en cierto modo de escudo. Ante el terror de la escena, el numero de ataques aumento drasticamente. Pero las armas bloqueaban los ataques girando rapidamente sobre mi.

Mire la hermosa figura que estaba al otro extremo de la batalla, mirandome.

Estendi la mano, desvelando la poderosa arma del elegido: la X-Blade.

Ellos pedian sangre... yo iba a derramarla...

...

...

...

...

Me levante sobresaltado, bañado en mi sudor. Hacia años que no dormia... y para una vez que lo hacia, tenia esa horrible pesadilla. No sabia si habia despertado a la cria, pero una cosa estaba segura: mi pasado no iba a desprenderse de mi.

lunes, 17 de mayo de 2010

Preocupación

Ioru cogió el abrigo y se lo puso ya que se había quedado sin camiseta. Regresó de la batalla tapándose el rostro con la capucha y mandándome a dormir con un tono áspero.
Entramos ambos en la habitación sin embargo yo no podía dormirme, no después de haberle visto con esa actitud. Estaba ya tumbada sobre la cómoda cama cuando comenzó a dar vueltas por la habitación. Ninguno conciliábamos el sueño. Me da rabia reconocerlo pero estaba preocupada. Me incorporé y apoyé la espalda sobre el cabecero.

-¿Qué te ocurre Ioru? Y no me digas nada porque no cuela.
-No es nada, duérmete.
-¿Qué te acabo de decir? Además, como pretendes que me duerma mientras das vueltas por la habitación. Tus pasos hacen que la cama retumbe.
-Lo siento, ahora salgo.
-No... no quería decir eso, solo quiero que duermas tu también o que me cuentes que te pasa. Tras la batalla has estado muy raro.

Continuaba sin responderme y mi paciencia se iba agotando. Estaba a punto de saltar pero se acercó a la cama y se sentó a mi lado en silencio. Aún tenía el abrigo extraño puesto, debía resultarle muy incómodo vestirlo pero no se desprendía de él. Una lástima para mí ya que sería una alegría para la vista volver a ver ese torso, esos brazos... y tan de cerca. Pero por mucho que lo deseara no se lo quitó. Comenzó a sentirse incómodo ante mi mirada que le desnudaba.

-Duérmete, mañana nos marcharemos temprano- dijo al fin- Y no te preocupes, está todo bien.

Resignada volví a tumbarme y a coger la postura. No tardé mucho en caer en un profundo sueño.

martes, 11 de mayo de 2010

¿Miedo?

Habia subestimado al chico: parecia que aun tenia ganas de pelea. Su ataque hizo que tubiera que retroceder para esquivarlo. Aun asi, el arma me corto la ya arapienta camiseta, la cual caia lentamente. Mientras el se levantaba, yo le ataque con mi arma, pero logro sincronizarse y se defendio. Empezo un duelo de choques. Las chipas saltaban de las dos armas. En uno de los golpes, logre echarle para atras, haciendo que la capucha dejara de taparle.

El joven ,de pelo rubio y ojos azules, parecia mirarme con odio, aunque veia luz en su interior. ¿De que me sonaba?

-¡¿Que hiciste con ella?!- Grito con furia.

No dije nada. No le conocia: no iba a contestar cosas que no sabia. El chico no pudo aguantar su odio. Me sorprendio, ya que se quito el abrigo largo y me lo tiro, despistandome. El chico se lanzo sobre mi, atacandome, pero logre esquivarlo. Parecia vestir con botas y ropajes de colores blancos. Cada vez me recordaba mas esa persona por la que habia sufrido tanto.

El chico me volvio a atacar, pero me estaba cansando de este paripe, asi que le pegue una patada en el estomago, tirandole al suelo, rodando varios metros. El chico abrazo sobre si mismo, lloriqueando. Me empece ha acercar a el con arma en mano. El chico me miro con terror. Apunto a una pared con su arma y de el salio un portal como los mios, pero hecho de luz. Se levanto a duras penas mientras me miraba con odio. Mientras el portal se cerraba, pude apreciar como movia los labios, como diciendo algo.

Se produjo el silencio, solo roto por las gotas chocando contra el suelo y el agua. Me acerque al abrigo largo. Estaba en perfectas condiciones. Y no iba a pasar frio. Me puse el abrigo. Me quedaba como anillo al dedo. Mire mi reflejo en el agua. Mis ojos... ¿Tanto miedo daba? ¿Tanto habia cambiado?

-¿Que ha pasado?- Escuche a mis espaldas

Vi que Reika estaba en el balcon, mirandome. Me puse la capucha, tapandome el rostro.

-Nada que importe. Vete a dormir.

Dicho esto, subi al balcon de un solo salto y me adentre en la habitacion, sin decir nada mas.

El encapuchado

Los murmullos de unas voces fuera del hotel hicieron que despertara de mi tan apacible sueño; a pesar de que no hablaban muy alto, la noche se mantenía en envolvente silencio si no hubiera sido por esas voces que escuchaba algo distorsionadas.. Comprobé al instante que Ioru no se encontraba en la habitación, a saber donde se había metido.
La curiosidad se apropió por completo de mi voluntad. Me dirigí al balcón para ver quien montaba aquel escándalo. Una vez fuera, vi como Ioru estaba frente alguien que poseía un largo abrigo de color negro con una capucha que me impedía ver su cara. No alanzaba a oír todo lo que decían ya que estaba medio adormecida pero conseguí averiguar que el encapuchado era un hombre cuando dijo:

-Esos ojos... es imposible... no puede ser...

Bajé sigilosamente del balcón para tener mejores vistas y escuchar mejor sus palabras.
Ambos empuñaban llaves espadas, aunque la del otro era distinta a la que poseía Ioru. Con un ataque veloz, el encapuchado consiguió rajar la camiseta de Ioru la cual caía al suelo con un ligero y lento movimiento. Ioru se giró para ver su camiseta rota tirada en el suelo y en ese momento vi que las apariencias engañaban. Mi compañero poseía un cuerpo más esbelto de lo que yo realmente pensaba; sus pectorales se marcaban con precisión al igual que todos los músculos que dejaba al descubierto.

-Al final... no me va a importar tanto que sea un pervertido- susurré con una voz pícara.

Mantuve atenta la mirada observando aquel combate tan prometedor, y si había suerte, le daría un premio al ganador que jamás olvidaría.


domingo, 9 de mayo de 2010

Encuentro inesperado

-No muy lejos. Tenia pensado solo desplazarnos unas calles más lejos- Dije sin nisiquiera mirarla.
Mire la luna en la oscura noche... recuerdos lejanos pasaron por mi cabeza. Reika bostezo sin cortarse un pelo.

-Deberiamos avanzar. Hay un hotel cerca de aqui. Podrias descansar.

-¿Contigo? Por que me lleves a un hotel no lo haras, Erosenin- Dijo ella con su aire de chica indefensa.

Me lleve la mano a la cara. Esta chica me iba a traer la ruina. Sin pensarlo, abri otra puerta negra. Ella entro timidamente, tras lo que la segui, cerrando la puerta.
Con un estilo oriental rojizo, la habitacion era de lo mas acojedor que habia visto en muchos años. Reika se tiro como una loca en la cama y empezo a saltar sobre ella.

-¡Para! ¡Nos van a descubrir!

Se logro parar, pero me miro enfadada mientras inflaba los mofletes. Se tumbo en la cama y cerro los ojos un poco.

-Estoy muer...

No termino la frase cuando se quedo dormida. Me sente en una silla situada en una esquina y me dispuse a mirar al suelo. Tanto tiempo en la oscuridad... tenia que descansar.
Empece a cerrar los ojos para dormirme... pero una presencia familiar me puso en estado de alerta. Me levante y abri la puerta del balcon. De un salto baje a las solitarias calles que conectaban con el alcantarillado. Estube un rato mirando en la oscuridad.
Pero pude localizarlo al escuchar sus pasos a mis espaldas. Con rapidez, saque mi llave espada y pare su golpe con facilidad. Solo tuve que empujar un poco para tirar al individuo al suelo. Pude ver que iba con un abrigo largo y negro con capucha, tapandole la cara. Podria tener la misma edad que yo aparentaba en ese momento. Lo que mas me sorprendio fue que sostenia con fuerza una llave espada de color blanca y un diseño mas basico. Parecia cabreado por haberle derribado con facilidad. Se levanto apoyandose en su arma e intento atacarme de nuevo, pero le di un certero puñetazo en el estomago, haciendo que cayera de rodillas. Con el chico medio derrotado, empece a irme, pero algo me paro.

-No dejare que la oscuridad... la luz prevalecera...- Dijo el chico con las pocas fuerzas que le quedaban.

Me gire para ver como mi contrincante de pie, manteniendo el equilibrio con ayuda de su arma. Sin pleno aviso, empezo a correr a mi direccion como un loco. La oleada de ataques que me lanzo me dejo sorprendido a pesar de poder esquivarla sin problemas. De un golpe lo desarme y lo volvi a tirar al suelo. Me acerque a el y puse mi pie en su cuello. Me disponia a desencapucharle con mi arma cuando note que le costaba respirar.

-Tu... no puede ser...- Dijo el chico sorprendido.

¿Acaso el chico me conocia? Y en todo caso... ¿de que?

Caso perdido

Lo último que noté en aquella tienda fue como Ioru me agarraba de la mano y me arrastraba hacia una puerta oscura que había creado fuera de la tienda.
En escasos segundos aparecimos en otro lugar completamente distinto, ¿dónde me había llevado? Mecánicamente me solté de su mano y enfurecí.

-¿Se puede saber que te pasa en la cabeza Ioru?-grité- Casi me matas del susto.
-Lo siento pero... no tenía dinero y sabía que no ibas a dejar ese colgante, por lo que no nos quedaba otra opción mas que huir.
-¿Cómo que no llevabas dinero? Entonces... ¿para que me dices que mire si me gusta algo? Y luego mi madre me dice que soy una inconsciente, eso es porque no te conoce-suspiré.

Agarré el colgante con ambas manos, realmente era hermoso y después de haberlo visto tenía más que claro que no lo iba a dejar. Supongo que, a pesar de las formas, hizo lo correcto, si nos hubiera atrapado el dependiente seguramente nos hubiera esclavizado a trabajar allí de por vida. De repente, frente a mi aparecieron unos sin corazón, seguían pareciéndome unos bichitos realmente adorables pero al aparecer de repente hicieron que me asustara y me cayera al suelo. Se acercaban con movimientos sinuosos hacia mi para atacarme, afortunadamente Ioru volvió a defenderme. Comencé a pensar como habían aparecido allí, se suponía que estábamos a salvo de los sincorazón de momento.

-Ioru ¿dónde demonios me has traido?

jueves, 6 de mayo de 2010

¡SINPA!

Despues de tanto silencio durante los ultimos años, la colision me dejo casi sordo. No llevaba ni media hora con esa chica y me estaba volviendo loco. La mire con odio mientras ella me dedicaba carita de cordero degollado. Mantuvimos el intercambio de miradas durante un corto periodo de tiempo.
-¿Vais a comprar algo o puedo irme ya al tigre?- Dijo el dependiente mosqueado.
Los dos dirigimos una mirada asesina al dependiente, el cual se asusto. Suspire. No le veia mas sentido seguir asi.
-Mira a ver si encuentras algo- La dije a Reika.
Esta, sin pensarlo dos veces, empezo a mirar el escaparate. Mire mis bolsillos para ver cuanto llevaba suelto... nada. Ni pa pipas.
-Etto... deberiamos ir...- dije antes de que me interrumpiera.
-¡Mira!
Reika se provo un collar con un rubi con forma de corazon. Por los materiales, ni con dinero se lo podria comprar. Pero le quedaba bien...
Sin pensarlo, cogi a Reika de la mano y empece a correr a la puerta. El dependiente empezo a gritar que nos pararamos, pero, haciendo caso omiso, salimos a la calle. Cuando vi que nadie nos veia, cree una puerta oscura y nos metimos dentro.