jueves, 6 de enero de 2011

Petición

Oh diablos, estos estaba resultando más difícil de lo que me esperaba. Ahí estaba, justo delante de Ioru, sintiéndome apuñalada por sus ojos entreabiertos y el ceño fruncido. Respiré hondo.
- Más que una petición, es un regalo que exijo que me hagas por el mal rato que me has hecho pasar- dije con tono bastante elevado de voz-. Quiero...- mi voz se convirtió en un susurro- quiero que Lea venga con nosotros.
Abrió los ojos con incredulidad. Seguramente me estaría llamando de todo para sus adentros. Pero que más le daba ¿era mucha diferencia una persona más? ¿Tan secreta era su "misión" para que yo no pudiera tener algo de compañía, alguien con quien poder hablar mientras él solamente pensaba en su ego? Ioru no contestaba. Sus ojos tornaron a convertirse en una mirada seria y algo confundida.
-Bueno, que dices ¿viene o no?
-Creía que me habías exigido que viniera ¿ahora pides mi opinión? Oh, que considerada por tu parte, teniendo en cuenta que estás siendo un pequeño lastre gritón y llorica.
- También he dicho que lo consideraría un regalo-contesté sin vacilar.
-- Mira, si eso te mantiene callada y tranquila durante todo el viaje puede venir, pero más te vale que no te escuche ni una queja ¿entendido?
Asentí.
No podía creerme que hubiera cedido, quizás ese fuera el truco con él: hacerle frente. Pero ahora ¿dónde estaría Lea? Quería contarle la buena nueva sin malgastar un segundo.

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