jueves, 20 de enero de 2011

Caminos distintos...

La puesta de sol iluminaba la ciudad con un tono anaranjado y un cielo violeta. La verdad es que la ciudad era bonita, de eso no cabía duda. Lea y Reika andaban a mi lado mirando a su alrededor. Seguro que les sorprendía ver un nuevo mundo y encima de ese modo. Pero mi vista estaba puesta en la enorme torre encima de la colina. No había sido difícil encontrarlo, lo cual me pareció incluso insultante. Aun así, teníamos que encontrar la forma de llegar a la torre de Yen-Sid. Aun así, habíamos estado demasiadas horas de arriba para abajo, y se notaba en todos, sobre todo en Reika, que habría la boca a cada rato.
-Bien. Tenemos que buscar alojamiento- Dije.
-¿Por que?- Pregunto Reika, seguido de un bostezo. Lea y yo la miramos, sabiendo la respuesta.
-Tenemos que descansar un poco. No aguantareis el ritmo para siempre.
-¡Oh, perdona, don perfecto! ¡El resto de mundo no puede ir detrás de ti por que nos cansamos enseguida!- Se notaba que le estaba tocando la moral y eso, sumado con el cansancio, no era nada bueno.
Lea le puso la mano en el hombro.
-Tiene razón. Después seguro que podemos hacerlo con más energía- Lea definitivamente estaba entusiasmado. Quizás eso ayudara, pero también traernos problemas...-Podemos probar en la mansi...
-No es segura.
Lea y Reika me miraron, un tanto extrañados. Ignore sus miradas furtivas.
-Tendremos que conseguir dinero- Mire a mi alrededor y no tarde mucho en encontrarlo- Ahí podéis mirar unos pequeños trabajos. Os darán algunos platines.
No dijeron nada. Se escucharía una aguja caer. Mire a la pareja y me miraban con los ojos abiertos como platos.
-¿Tra...ba...jar?-Pregunto Lea
-Estas de broma... ¿verdad?
-No... Podéis sacaros unos platinos durante un rato mientras yo miro la zona- dije, inocente de mi.
-¡NO PIENSO TRABAJAR PARA QUE ENCIMA TE VAYAS A HOLGAZANEAR!-Por una vez en nuestro encuentro, Reika me daba miedo. El sueño no la debilitaba del todo: le daba fuerzas suficientes para intentar sacarme los ojos.
Lea la agarro hasta que se tranquilizo. Era comprensible.
-Buscare un sitio donde dormir. Cuanto menos dinero gastemos, más tendremos para alimentos.
Reika tardo un poco en asimilarlo. No la culpaba. Habría llevado una vida medianamente normal en algún sitio y, entre la vaguearía y el cansancio, no tendría ganas de hacer nada. Pero en sus ojos me resulto raro...
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Mire por todos lados, intentando encontrar una casa abandonada, algún hotel asequible, un algo. Pero a no ser que quisieramos dormir en los bancos de la estación, no encontraba nada mas.
Me encontraba en lo alto de la torre del reloj, mirando al vació. Había quedado en ese mismo punto dentro de un rato con Lea y Reika.
El vació me llamaba. Solo haría falta moverse un poco para acabar con todo...
Mi cabeza no hacia mas que torturarme. Quizás me hubiera pasado con Reika desde que la conocí. Tanto tiempo solo... en la oscuridad... Era como si ya no fuera persona, sino como uno de "ellos".
Quizás debería intentar hacer las paces con ella, pero sin que se diera cuenta: algo que tenia seguro es que era bastante cabezona. Pero con Lea se llevaba bien, así que el problema solo era conmigo...
"Podemos probar en la mansión"
La idea me paso por la cabeza de forma instantánea. Levante la cabeza, intentando encontrarlo. La ultima vez que fui no fue una buena experiencia. Pero habían pasado los años y no había nadie mas como yo ni contra mi. O eso creía...
Sin pensarlo, me deje caer desde lo alto de la torre. El portal se cerro a mis pies.

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