domingo, 19 de diciembre de 2010

Promesas

Blablablablabla... Era lo único que escuchaba.
Tras la batalla con la sombra, estaba agotado. Parecía que había perdido practica. Me alegre en cierto modo de que la pareja no estuviera herida, pero no lo mostré al exterior.
Reika solo protestaba por haberla dejado sola.
-Si no te hubieras movido, habría ido a buscarte cuando hubiera acabado- Dije sin mirarla.
-¡¿Te crees que se lo que vas a hacer y lo que no?!
Mientras Reika seguía protestando, Lea y yo veíamos como la gran mole de oscuridad iba desapareciendo poco a poco. Reika se irrito al ver que no la escuchaba y parecía dispuesta a atizarme, pero me aparte sin mucho esfuerzo. Parecía mas enfadada, pero le dio un ataque de tos repentino. Lea le dio unas palmadas y los dos cruzaron sus miradas. Hacían buena pareja, de eso no cabía duda.
-¿Lleváis mucho tiempo aquí?- Pregunte.
-Pues la verdad es que no: llegamos en el momento justo en el que eso casi nos aplasta- Respondió Lea.
Mire los escombros de la plaza. ¿Quien lo había invocado? Quien estuviera detrás de esto, parecía poderoso. Me di la vuelta y empecé alejarme.
-¡¿Pero donde se supone que vas?!- Grito Reika a mi espalda.
-Tengo que hablar otra vez con Ansem y su majestad- Dije sin prestarla mas atención.
Lo que salio de su boca parecía casi un murmuro o como se hablara ella sola, pero la entendí a la perfección.
-¿Vas a dejarme otra vez sola...?
Me pare en seco, pero sin alterarme. Mire al cielo.
-Tengo que hablar con ellos. Así que date prisa: no quiero retrasarme.
Me gire lentamente para mirarla. Había dado mi palabra...

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