miércoles, 28 de abril de 2010

Nueva Alianza

Miré a la chica una última vez. No podía tocarme otra. No... Debia tocarme la que parecía la mas loca. Suspiré mientras me alejaba a mi piedra, sentándome y mirando de nuevo el mar oscuro. La chica, enojada, se colocó delante de mí y empezó a zarandearme con fuerza.
-¿¡Qué haces, pervertido!?- Dijo con energia.
-Hacer lo que llevo haciendo estos años. Así que largate- Dije sin hacerla caso.
La chica inflo los morros y se fue. No pasó ni un minuto cuando volvio llorando.
-¡Pero si no hay salida!- Lloriqueó.
-¿Y qué quieres? Esto es la oscuridad. Es eterna. No hay salida para ti.
La chica empezó a mirar a todos los lados asustada.
-¿¡Entonces tendré que estar con un pervertido como tú el resto de mi vida!?
Ignoré su comentario mientras seguía con mi cometido en estos años.
Se produjo el silencio que existía antes de su llegada.
-¿Sin-corazones? Pues me parecen muy adorables- Dijo la chica pensativa.
-Son seres de oscuridad. Antes eran humanos... pero fueron consumidos por la oscuridad... No hay luz en ellos.
Nunca había visto ninguno fuera, en los mundos. Solo me los encontré en estas tinieblas. Pero esto hizo que mis recuerdos me amargaran el "día" más de lo normal.
-¿Cuánto tiempo... llevo aquí?- Pregunté entrecortado.
Miré a la chica que me miraba con furia. No me daba miedo. Pero... lo que percibía dentro de ella era... ¿Luz?
-¿Como te llamas?
-¿Yo? Reika. Pero no creas que podras hacerme cosas su...
-Ioru.
La chica se quedó un rato callado al cortarla. Despues se empezó a reir. ¿Que le veía de gracioso?
-Ok. Te llamaré Erosenin- Dijo sin parar de reirse.
¿Qué insolencia era esa? Me puse de pie encima de la roca mientras invocaba mi llave espada. La chica parecía un poco asustada, seguramente estar desarmada delante de un desconocido que portaba tal arma. Pero antes de que pudiera hablar con ella...
¡PAM!
Un golpe con la sartén en la espinilla me hizo caer el suelo de dolor ¿Como era posible que una simple niña pudiera dañarme? ¿Acaso tanto tiempo sin luchar había hecho que me hubiera vuelto un debilucho?
Me levanté con cuidado mientras la miraba. Pasaba de regañarla: me intentaría atacar.
-Lo pensé mejor. Te ayudaré a salir... pero con una condición.
-¿Una... condición?- Dijo la chica sonrojándose.
Un portal oscuro se abrió a nuestro lado.
-Entra... ya lo hablaremos.
La empujé dentro: no quería perder más tiempo. Entré después de ella... y la puerta se cerró.
El silencio solo fue roto por el sonido de las olas.

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